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WALTER: Me encanta venir al cine, Valeria. No sólo disfruto de la película, sino de todo lo que implica venir al cine: las palomitas de maíz, los refrescos…
VALERIA: A mí también me gusta venir al cine, Walter. Lo que no me gusta es tener que hacer tanta cola para comprar las entradas.
WALTER: En este momento tenemos aproximadamente treinta personas delante de nosotros.
HERNAN: Hola. Disculpen, ¿Ustedes son los últimos de la fila?
VALERIA: Sí, somos los últimos.
HERNAN: Hay demasiada gente para comprar entradas.
WALTER: Es probable que sea por los estrenos de esta semana.
HERNAN: De todas maneras, antes, cuando no existía la televisión por cable ni la televisión digital, era mayor la cantidad de gente que asistía a los cines.
VALERIA: Es cierto. Recuerdo la increíble cantidad de gente que había en el cine de mi barrio en el año mil novecientos noventa y tres, el día del estreno de Parque Jurásico.
HERNAN: ¡Sí! La película de Steven Spielberg. ¡Qué buena película!
Es una de las películas con mayores ganancias de la historia. Marcó un hito respecto al uso de los efectos digitales.
VALERIA: Obtuvo tres premios Óscar.
HERNAN: En general, Parque Jurásico recibió críticas positivas de parte de la prensa especializada. La mayoría aprobó a la película por el uso de efectos especiales innovadores para la cinematografía de aquel entonces. Pero algunos otros críticos se mostraron decepcionados por la adaptación narrativa de la novela en la cual fue basada.
VALERIA: Durante su exhibición contó con numerosas adaptaciones a videojuegos, historietas y atracciones en parques temáticos .
WALTER: Tengo una pésima memoria, y si bien recuerdo que la película me impactó mucho por los enormes dinosaurios, no recuerdo en este momento la historia en detalles.
HERNAN: Los dinosaurios vuelven a conquistar la Tierra. En una isla remota, un grupo de hombres y mujeres emprende una carrera contra el tiempo para evitar un desastre mundial provocado por la desmedida ambición de comercializar la ingeniería genética. Pero todos los esfuerzos resultan inútiles cuando el proyecto queda fuera de control y el mundo es invadido por unas bestias monstruosas.
VALERIA: Parque Jurásico, la más célebre novela de Michael Crichton, fue adaptada al cine por Steven Spielberg, en lo que fue el gran acontecimiento cinematográfico de la época. Fue un formidable éxito, no sólo por su edición cinematográfica y de video, sino por su descomunal merchandising, que incluyó todo tipo de objetos, muñecos y juguetes.
HERNAN: Recuerdo que al año siguiente, en mil novecientos noventa y cuatro, se estreno La Máscara, dirigida por Chuck Russell. De esa película realmente no me acuerdo nada. Sólo recuerdo que me he reído mucho con el personaje.
WALTER: Yo la recuerdo porque la he vuelto a ver hace poco.
El personaje de Stanley Ipkiss, protagonizado por el actor Jim Carrey, es un empleado bancario increíblemente amable e ingenuo, que es un pusilánime cuando tiene que enfrentarse a alguien, y no es capaz de darse cuenta cuando se aprovechan de él. Tras uno de los peores días de su vida, Stanley encuentra una máscara. Cuando se la coloca se convierte en una persona completamente diferente, liberando el lado reprimido de su personalidad de formas muy graciosas.
HERNAN: En mi opinión, las películas más innovadoras de todos los tiempos, en lo que a efectos especiales se refiere, fueron: Parque Jurásico, de mil novecientos noventa y tres; Volver al Futuro, del año ochenta y cinco; Tiburón, del setenta y cinco; y The Matrix, del noventa y nueve.
VALERIA: No te olvides de Terminator 2, del año noventa y uno; Blade Runner del ochenta y dos; y King Kong de mil novecientos treinta y tres.
WALTER: Yo además agregaría: El Día de la Independencia, del año noventa y seis; y La guerra de las galaxias, del setenta y siete.
HERNAN: ¿Qué seria de mi vida sin el cine? Amo el cine.
VALERIA: Yo también.
¿Cómo habrán sido sus comienzos? ¿Quién lo habrá inventado?
HERNAN: A principios del Siglo veinte, el cine se convirtió en una de las más grandes atracciones de todos los tiempos.
Fue en mil ochocientos noventa y cinco, en París, cuando los hermanos Lumière, los creadores del cine, abrieron las puertas del primer cine-teatro de todo el mundo, presentando la película “Salida de los obreros de la fábrica”.
Aquella y otras películas de los hermanos Lumière no tenían argumento alguno. Fueron realizadas por el mero hecho de exhibir fotografías en movimiento. Lo cual, para la época, era algo impresionante.
Otro de los pioneros fue Georges Méliès; sin duda, un genial precursor del cine actual. Él fue el inventor de lo que hoy conocemos como “efectos especiales”. Fue un pionero en ilusionismo y técnicas de superposición de imágenes. Hacía “desaparecer” objetos simplemente mediante cortes de cámara.
Hoy puede parecer ingenuo, pero a principios del Siglo veinte la gente se quedaba boquiabierta con esas cosas.
WALTER: Muy interesante. Bueno, llegamos a la ventanilla, debemos comprar las entradas.
HERNAN: Bueno, les agradezco esta charla. Junto a ustedes se hizo rápida la espera.
WALTER: Para nosotros también fue placentero. Adiós, suerte, y disfruta de la película.
VALERIA: Hasta luego.